¿Tienes ansiedad cuando piensas que te tienes que dirigir a un público?  ¿Crees que se te va a olvidar tu discurso? ¿Te preocupa la atención de tus oyentes? No te preocupes. Todos de alguna manera hemos padecido estos incómodos síntomas, sobre todo, cuando hemos tenido que comunicar algo sea en público o en privado.

La explicación podemos resumirla en que nuestro organismo o más bien nuestro cerebro, como especifican algunos expertos,  está a la expectativa, en protección, en defensa ante cualquier amenaza; en nuestro caso, un posible comentario negativo o, en caso extremo, un abucheo ¿Cómo preparar entonces un buen discurso? Podemos diferenciar dos momentos importantes a la hora de enunciarlo. Uno sería en los momentos previos y otro posterior ya en la misma enunciación, momento este último que trataremos en un próximo artículo.

Antes de nuestro discurso, lo mejor es un ensayo general donde deberíamos tener en cuenta estos siguientes puntos:

1. CONOCIMIENTO DEL TEMA. Para poder comunicar debemos tener nociones del tema que vamos a tratar. Hay que informarse y documentarse de manera apropiada con fuentes fiables: artículos, estudios, etc.

2. PREPARAR LA PRESENTACIÓN. Es importante que haya un buen comienzo para atraer la atención del público desde el principio de nuestra intervención. Un buen final dejará un buen sabor de boca a nuestros oyentes. Una buena opción es concluir con alguna cita célebre acorde a lo expuesto.

3. GUIÓN DE TU DISCURSO. Elabora un breve esquema de los puntos que vas dar a conocer. Puedes incluir alguna anécdota personal curiosa o divertida para amenizar la exposición.

4. TIEMPO. Ten en cuenta la máxima: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Controla los tiempos de tu discurso. La brevedad (el principio de economía, en teoría comunicativa) hace efectivo tu mensaje. Deja a un lado, los puntos superfluos o, por el contrario, demasiados densos. Recuerda que tu principal objetivo es entretener a tu audiencia, manteniendo la atención y el interés.

5. IMAGEN Y LENGUAJE CORPORAL. En el ámbito de la comunicación también se conoce como “kinésica”, encargada de estudiar nuestros movimientos corporales cuando hablamos. A grandes rasgos, en una buena comunicación, debemos cuidar nuestro aseo y corrección en el atuendo, así como, mantener una postura de decisión con la espalda siempre recta y la barbilla ligeramente elevada.

6. GUARDA RECURSOS PARA QUE NO TE QUEDES EN BLANCO. Para evitar esta situación, muy excepcional, contempla alguna estrategia basada en la emoción, la creatividad o el sentido del humor. Por ejemplo, si olvidamos el nombre de una persona, podemos salvar el momento diciendo: “Si esta persona estuviera entre vosotros, levantaría la mano y se presentaría”.

Weduvi te ayuda a prepararte un discurso