El aprendizaje de una lengua extranjera puede frenar la aparición de Alzheimer

Bien es sabido que perro viejo, nunca aprende truco nuevo pero sí que más sabe el diablo por viejo que por diablo. En realidad, estos refranes, en apariencia contradictorios, dan cuenta de la posibilidad de aprendizaje de un nuevo idioma, como de otros conocimientos, tanto para niños y jóvenes como para adultos. Para unos, los más pequeños, les resultaría más fácil desarrollar esta capacidad mientras que para los más mayores tendrían más problemas. El secreto lo explica la neurociencia con el fenómeno conocido como neuroplasticidad. Y es que con el paso de los años, al cerebro le resulta complicado acostumbrarse y conocer a nuevas experiencias. Sin embargo, el profesor Albert Costa, experto en neurociencia aplicada al bilingüismo de la Universidad Pompeu Fabra, defiende que la persona adulta tiene un mayor vocabulario que otra más joven con lo que se le facilita su adaptación a las reglas gramaticales y de sintaxis de la nueva lengua. Pero estos mismos alumnos de más edad  tienen menos probabilidades de tener una buena pronunciación o acento ya que los sonidos de una lengua son recogidos de forma natural durante el desarrollo infantil.

Aprender un nuevo idioma no siempre es fácil para los adultos, pero las investigaciones sugieren que ello es beneficioso para la salud del cerebro. A medida que envejecemos, la mayoría de nosotros experimentamos una disminución relacionada con la edad en las funciones mentales como la atención y la memoria, y en algunas personas la aceleración de este proceso conduce al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer u otra forma de demencia. Una serie de estudios recientes sugieren que el aprendizaje de una lengua extranjera puede frenar este inevitable deterioro cognitivo relacionado con la edad o incluso retrasar la aparición de la demencia. La educación, por tanto, se convierte en una terapia de fortalecimiento en la actividad cerebral. De hecho, los investigadores de la Universidad de Edimburgo examinaron a 648 pacientes con Alzheimer en la ciudad india de Hyderabad. Los resultados fueron reveladores: las personas bilingües desarrollaron demencia más tarde que los monolingües, en un promedio de cuatro años y medio. Y todo porque las investigaciones demuestran que los niños bilingües utilizan las mismas regiones del cerebro de los dos idiomas si se aprenden en la infancia, mientras que el aprendizaje de un segundo idioma más adelante en la vida activa diferentes regiones cerebrales en el uso de la lengua materna. En este sentido,  el aprendizaje de una lengua extranjera, como aprender a tocar un instrumento musical, es en efecto una buena manera de ejercitar nuestro cerebro y mantenerlo sano, durante toda la vida.

Weduvi te anima a que aprendas un nuevo idioma para que fortalezcas tu cerebro